lunes, 30 de enero de 2012

O mesmo barco para todos

Promover o crecemento económico e, por riba de todo, crear emprego é o obxectivo. Unha necesidade perentoria está última tendo presente os últimos datos da EPA porque pechamos o pasado ano superando amplamente os cinco millóns de desempregados e, o que é aínda peor, tendo máis de un millón e medio de familias con todos os seus membros en paro. E non hai dúbida de que se non hai movemento económico, difícil resultará dinamizar o mercado laboral.

O paquete de medidas articulado polo Goberno de Rajoy, aínda cos sinsabores que conleva, principian a dar algún froito. O executivo, dende o primeiro minuto, está a actuar e esa inmediatez foi ben acollida polos mercados e institucións económicas; a subasta de débeda é unha boa proba delo. Que Europa e os mercados vaian recuperando a confianza no noso país, nos nosos gobernantes, é, pese a que estemos lonxe da victoria absoluta, unha batalla ganada.

Aínda que de xeito excepcional e transitorio, é certo que se estableceu un incremento do IRPF. Matizo, nembargantes, que son os impostos que menos dañan o crecemento económico e os máis equitativos e xustos en termos de repercusión lesiva; e (recalco este matiz) a decisión adoptouse case de xeito obrigado tras constatar a desviación dos obxectivos de déficit en dous puntos máis do previsto inicialmente.

A estas alturas a ninguén se lle escapa que cumprir o tope de déficit é un compromiso irrenunciable, non xa únicamente para recuperar a credibilidade do noso país no exterior, tamén para impedir o cuestionamento do noso Estado de Benestar e porque o custo de financiación derivado do incremento da débeda é imposible de asumir.

Controlar o déficit e a débeda é, de por si, un traballo de titanes, pero nelo está o Goberno, igual que está a traballar nas reformas estructurais, igualmente necesarias. Aí están, por exemplo, as propostas para reformar o mercado laboral, incidindo en conceptos básicos como estabilidade, empleabilidade, formación e flexibilidade; para loitar contra o fraude; ou mesmo as medidas para axudar ás Comunidades Autónomas a lograr a estabilidade financiera ampliando o plazo de devolución dos anticipos do Estado ou dándolles liquidez a través dos fondos ICO.

Esta claro que todas as medidas que se adopten, en aras de lograr os obxectivos ós que aludía ó comenzo, teñen un custo, implican un sacrificio, pero tamén un cometido, unha razón de ser.

Un estricto control do gasto; a aplicación dos principios de austeridade e eficiencia a todos os niveis; acometer as reformas estructurais necesarias… son pasos, pero requiren a implicación de todos, das administracións e dos propios cidadáns.

E quen non se implique ou quen non cumpla coa tarefa encomendada ten que responsabilizarse das consecuencias que elo implique. A Lei de Estabilidade Orzamentaria (da que en Galicia por certo sabemos moito) vai nesa dirección.

Todos estamos no mesmo barco; chegar a bo porto ou perdernos na tempestade tamén é cousa de todos.



El mismo barco para todos

Promover el crecimiento económico y, por encima de todo, crear empleo es el objetivo. Una necesidad perentoria está última teniendo presente los últimos datos de la EPA porque cerramos el año pasado superando ampliamente los cinco millones de desempleados y, lo que aún es peor, teniendo más de un millón y medio de familias con todos sus miembros en paro. Y no hay duda de que si no hay movimiento económico, difícil resultará dinamizar el mercado laboral.

El paquete de medidas articulado por el Gobierno de Rajoy, aunque con los sinsabores que conlleva, empiezan a dar algún fruto. El ejecutivo, desde el primer minuto, está actuando y esa inmediatez fue bien acogida por los mercados e instituciones económicas; la subasta de deuda es una buena prueba de ello. Que Europa y los mercados vayan recuperando la confianza en nuestro país, en nuestros gobernantes, es, pese a que estemos lejos de la victoria absoluta, una batalla ganada.

Aunque de modo excepcional y transitorio, es cierto que se estableció un incremento del IRPF. Matizo, sin embargo, que son los impuestos que menos dañan el crecimiento económico y los más equitativos y justos en términos de repercusión lesiva; y (recalco este matiz) la decisión se adoptó casi obligada tras constatar la desviación de los objetivos de déficit en dos puntos más de lo previsto inicialmente.

A estas alturas a nadie se le escapa que cumplir el tope de déficit y un compromiso irrenunciable, no ya únicamente para recuperar la credibilidad de nuestro país en el exterior, también para impedir el cuestionamiento de nuestro Estado de Bienestar y porque el coste de financiación derivado del incremento de deuda es imposible de asumir.

Controlar el déficit y la deuda es, de por sí, un trabajo de titanes, pero en ello está el Gobierno, igual que está trabajando en las reformas estructurales, igualmente necesarias. Ahí están, por ejemplo, las propuestas para reformar el mercado laboral, incidiendo en conceptos básicos como estabilidad, empleabilidad, formación y flexibilidad; para luchar contra el fraude; o mismo las medidas para ayudar a la Comunidades Autónomas a lograr la estabilidad financiera ampliando el plazo de devolución de los anticipos del Estado o dándoles liquidez a través de fondos ICO.

Está claro que todas las medidas que se adopten, en aras de lograr los objetivos a los que aludía al comienzo, tienen un coste, implican un sacrificio, pero también un cometido, una razón de ser.

Un estricto control del gasto; la aplicación de los principios de austeridad y eficiencia a todos los niveles; acometer las reformas estructurales necesarias… son pasos, pero requieren la implicación de todos, de las administraciones y de los propios ciudadanos.

Y quien no se implique o quien no cumpla con la faceta encomendada tiene que responsabilizarse de las consecuencias que ello implique. La Ley de Estabilidad Presupuestaria (de la que en Galicia por cierto sabemos mucho) va en esa dirección.

Todos estamos en el mismo barco; llegar a buen puerto o perdernos en la tempestad también es cosa de todos.

5 comentarios:

Manuel dijo...

a pesar de que estoy plenamente de acuerdo, mucho me temo, que los de siempre, los que nos han dejado como estamos ... remarán en sentido contrario
Espero que las medidas vayan siendo coherentes como hasta ahora y racionales, al menos los ciudadanos de momento así lo perciben.
ánimo y a seguir así.

José Ángel dijo...

Todos no mesmo barco pero cada un mirando para o seu lado.
Aqueles que remaron durante meses en contra da corrente non farán nada por enderezar o rumbo.

Anónimo dijo...

o mesmo barco e distintos capitáns
uns con rajoy
outros cos sindicatos
outros ainda non se sabe con quen

pero eso si, os anteriores han de fod*er todo o que podan, senón o tempo

pero bueno, o PP ten 11 millóns de votos que o autorizan a facer o que viña no programa, e como dixo o sabio:
FÁGASE!!!!

Jose dijo...

La subida del IRPF no es agradable, pero comprensible, más aún al haber resaltado el Gobierno su naturaleza transitoria. Yo espero que, para optimizar los recursos públicos, se lleve cabo una ambiciosa reestructuración de las Administraciones Públicas sin necesidad de desmotivar (mediante la práctica recurrente de mermar su poder adquisitivo, por ejemplo) a los funcionarios que hemos tenido que luchar en las oposiciones para ganarnos nuestra plaza, y que estamos día a día al frente de nuestras responsabilidades, como los médicos, sólo por citar un ejemplo.

mateo dijo...

Neste barco sobran eses que estiveron a punto de fundilo.

Eses en bote salvavidas e a remo.