martes, 12 de septiembre de 2017

Golpe a la democracia

Estos últimos días los independentistas extremistas catalanes, en su intento de liquidar las instituciones, nos han obligado a asistir a un espectáculo bochornoso programado en varias funciones. Lo sucedido es un golpe a la democracia, un atentado al Estado de derecho, un ataque al sistema. Hay dirigentes que, desde el principio, han optado por rechazar el diálogo y situarse al margen de la ley. La Presidenta del Parlament de Cataluña y la propia Generalitat, las primeras obligadas a acatar la legislación, son las que han cruzado la línea roja y el Gobierno, como no podía ser de otra forma, ha tenido que actuar para garantizar la unidad de España. Reitero las palabras de nuestro Presidente, Mariano Rajoy, quien ha asegurado públicamente que esta consulta “chapucera e ilegal” no se va a celebrar. España no va a renunciar a ser un Estado de Derecho; tenemos mecanismos de sobra para defendernos de los enemigos de la convivencia. Los independentistas no pueden menospreciar la fuerza de los cuarenta años de democracia española. Rajoy seguirá actuando con responsabilidad, la responsabilidad política que los ciudadanos le otorgaron democráticamente en las urnas. Sus actuaciones son la garantía de la unidad de nuestro país y la convivencia por eso desde aquí les pido a todos los partidos constitucionalistas que mantengan su apoyo sin fisuras al Gobierno, porque se trata simplemente de cumplir con la Carta Magna. El Tribunal Constitucional ha suspendido la ley del referéndum y ha advertido a los alcaldes catalanes y cargos de la Generalitat de que no colaboren con el 1-O. Si el Parlamento o el Gobierno Catalán desoyen al TC y deciden continuar con sus ansias independentistas, en cualquiera que sea su manifestación, el Ejecutivo actuará, igual que lo ha hecho hasta ahora, con mesura y contundencia. Que nadie se olvide de que sin ley no hay democracia. Ahora mismo son muchos los funcionarios y ciudadanos de Cataluña que se encuentran chantajeados; aprovecho para recordarles que nadie puede obligar a nadie a hacer nada ilegal, porque la ley los protege. El Parlamento catalán ha sido un ejemplo claro de insumisión y rebeldía. Es la soberanía nacional lo que está en juego, nuestra democracia y nuestros valores. Desde aquí les pido a los que no quieran seguir las reglas de juego que abandonen el tablero.

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