martes, 18 de marzo de 2014

Respeto al Parlamento

Lo ocurrido el martes pasado en las calles de Santiago es inaceptable. Vaya por delante que el uso de la violencia desacredita a quien la emplea. Idéntica calificación merecen los armadores encerrados en el Parlamento, así como la concentración de alcaldes a sus puertas para protestar por la revisión de las tasas de Sogama. Los marineros del cerco tienen derecho a dar su opinión sobre lo que consideren oportuno; a reivindicar sus ideas y criticar los acuerdos si los consideran perjudiciales para sus intereses, incluso, amparados por la propia Constitución, pueden salir a la calle y manifestarse para dejar clara su postura. Su protesta, de hecho, contaba con la pertinente autorización y con un itinerario perfectamente establecido que unilateralmente decidieron variar. Así que, lo que, en un primer momento, era legal, civilizado y razonable terminó convirtiéndose en una algarada en toda regla, cargada de violencia, en la que hubo numerosos destrozos, heridos y también detenidos. Insisto en que los marineros del cerco, al igual que los armadores y los alcaldes, tienen derecho a ser escuchados y respetados pero su actitud no tiene excusa; la violencia ejercida, en mayor o menor medida según los casos, les resta razón y, se mire por donde se mire, de la violencia desatada es responsable quien la genera. La actitud de los regidores locales, si me permiten el matiz, es todavía menos comprensible y más reprochable, dado que, como representantes públicos que son, deberían de tener más interiorizado el respeto institucional y lo que representa el Parlamento. Entre otras razones porque ellos, por el cargo que ostenta, son representantes institucionales. En definitiva, son representantes públicos y su proceder no es precisamente el mejor ejemplo que pueden dar. No quedan tampoco en muy buen lugar las formaciones políticas que, desde los escaños, se sumaron al tumulto que se estaba produciendo en las mismas puertas del Parlamento, abandonando unos el pleno que se estaba celebrando, otros renunciando a defender sus iniciativas y algunos hasta sumándose a lo que ocurría en el exterior de la Cámara. Semejante situación, con escasos precedentes, obligó a suspender la sesión plenaria. Recalco, una vez más, los derechos de los que disponen las personas individuales, los colectivos sectoriales e incluso los cargos electos para proclamar sus reivindicaciones, pero apelo también al respeto a las reglas de juego democráticas, tanto en las cámaras de representación como en las calles. El Parlamento, además, como sede del poder y la representación popular, requiere y merece ser objeto de un mayor respeto del claramente demostrado durante los acontecimientos registrados el martes pasado por unos y otros.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Personalmente estoy convencido de que están siendo manipulados, al igual que los del naval, por intereses políticos que no tienen nada que ver con sus demandas, son simples herramientas que algunos interesados usan para desgastar al gobierno y a la Xunta.
pero la gente no es tonta y se les ve el plumero

Anónimo dijo...

Bueno, viendo lo que se ve en el parlamento gallego ultimamente, que se ha convertido en una taberna, mas que en un lugar para acordar debatir y respetar; lo que pasa fuera es consecuencia de ese tensionar, que a mi modo de ver, la Pilar Rojo no ha sabido embridar
Solo les falta a sus señorias llevar el vaso de vino y la baraja.
de esos polvos, estos lodos, simplemente eso

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que expone el SR. BARREIRO, la violencia no nos llevara jamas a ningun sitio, y los politicos que apoyan estos actos, no deberian representar a ningun ciudadano.

Anónimo dijo...

Los que actúan con violencia, no pueden mas que deslegitimar sus acciones, y deberían de pesar si están siendo manipulados por los de siempre.
Buen artículo asmigo Xosé manuel

Anónimo dijo...

Esto no es mas que un intento de secuestrar la voluntad de los votantes. y lo peor es quien organiza estas movidas, que sale de rositas

Anónimo dijo...

Esto no es mas que un intento de secuestrar la voluntad de los votantes. y lo peor es quien organiza estas movidas, que sale de rositas

Anónimo dijo...

Coincido con los que me preceden.
Se intenta una vez más torcer la voluntad de las urnas, esta vez manipulando a gente , jugando con su pan y empleando la violencia.
Una pena y lamentable

Anónimo dijo...

non podo estar máis dacordo Xosé Manuel.
Bo artigo e un saúdo

Anónimo dijo...

quentar a calle, tensionar, eso si que saben facelo ben, uns artistas
agora ben, axudar a levantar o país de donde o meteron, non, eso non
pois moi ben

José Ramón Freire Campo dijo...

Comparto hasta la última coma todo lo que. con suma precisión, pones de manifiesto en tu artículo.

Un afectuoso saludo, Xosé Manuel.

Anónimo dijo...

luego de ver las marchas por la dignidad, tus palabras cobran mucho más sentido

orozcoconpatacas dijo...

esta claro que alguna izquierda de este pais no esta de acuerdo con la democracia

manto dijo...

totalmente de acuerdo José Manuel
Y más viendo lo que ha pasado con las marchas por la Dignidad,
una vergüenza que debería hacer reflexionar a muchos de los que amparan y promueven estas historias