martes, 18 de noviembre de 2014

Tras el 9-N

Pasó el 9-N. Y después de tanto alboroto estamos prácticamente como estábamos al inicio de este largo e inútil proceso. Si falsa era la consulta igual de falso es el resultado. Lo único claro es que el Gobierno actuó con ponderación, rigor y firmeza; y que garantizó lo que le correspondía y que no es otra cosa que cumplir y hacer cumplir la ley. Pero poniéndonos a rebuscar, podemos, como mucho, llegar a refrendar conclusiones que la mayoría ya sabíamos. Una de las más evidentes es que la gran mayoría de los catalanes consideran y sienten compatible ser catalanes y ser españoles y que lo de la secesión, independencia o reivindicaciones semejantes no les interesa lo más mínimo. Menos de un tercio de la población acudió a este simulacro de consulta, o lo que cada quien quiera llamarle, y ni siquiera todos marcaron el sí-sí. Y eso que, como era evidente antes de su celebración por las propias características de esta denominada fiesta de los independentistas y como después quedó acreditado, no había ninguna garantía democrática, empezando por controlar que participaran los que pudieran hacerlo y que no repitieran esa intervención cuantas veces desearan, por poner un ejemplo básico. En conclusión, el éxito del que algunos (muy pocos) hablan no fue tal. Otra cosa será lo que decida la Fiscalía tras los hechos y, ya desde el punto de vista estrictamente político, las consecuencias que de todo esto se deriven. De hecho, este largo proceso, además de buscar y hasta incentivar el enfrentamiento entre los ciudadanos, conllevó un gasto importante a cargo de los fondos públicos (no hay que olvidarlo), que alguien también tendrá que explicar y sobre todo justificar porque, al fin, todo esto puede reducirse a simple propaganda electoral. También le corresponde a Mas explicar el trabajo desarrollado por la Generalitat antes y después del adelanto electoral, motivado o justificado, cuando menos, por este asunto porque, a primera vista, parece que toda la actividad de su gobierno se redujo a esto. Claro parece, a la espera de los detalles pertinentes, que para el Presidente Mas solo la independencia importa y, por consiguiente, los independentistas. El resto de la ciudadanía, que como se evidenció es la mayoría, ni le importa ni le preocupa.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

un rotundo fracaso del soberanismo y de Mas
la mayoría silenciosa ha hablado alto y claro

Anónimo dijo...

Efectivamente Barreiro, no hay mayor desprecio q no dar aprecio. Y eso es lo qhe hicieron la mayoria de los catalanes con la consulta del 9N. Indiferencia total!!! Ganó el sentido común

Anónimo dijo...

la verdad es que cuando hay algún tipo de elección o cunsulta ( esta no lo era) TODOS GANAN
pero la realidad es que Mas y los de ERC le han visto las orejas al lobo, siendo el lobo sus propios ciudadanos: que sucedería si votase el 60 o 70 % de los ciudadanos?
pues es fácil deducir, no?

Pues aún hay quien no se entera

Anónimo dijo...

a Mas saíulle o tiro por tras
a maioría xa dixo o que quería, ser parte de españa. punto

Anónimo dijo...

pues a mi me parece que la fiscalía debería de empapelar a Mas, hasta el punto de que debería de inhabilitarlo para cargo público, ha usado fondos de todos para su fiesta personal
LA LEY ESTÁ PARA CUMPLIRLA
y el estado para hacer que se cumpla. pues sea así

Anónimo dijo...

o estado ten a obriga de facer cumprir a Ley
pois agora que lle caia encima

Anónimo dijo...

esperemos que el diálogo del que ha hecho gala nuestro presidente sirva para algo
porque Mas va a lo suyo, y ceder a cualquier precio, no. jamás