jueves, 7 de junio de 2018

Gracias, presidente Rajoy

Mariano Rajoy ha sido el mejor presidente que ha tenido España, no tengo duda. Su marcha es injusta e injustificada y el tiempo hará que los que ahora lo ponen en duda me den la razón. Ha tenido que lidiar con la peor crisis económica de la historia, con el desafío separatista y con la abdicación del Rey. Siempre ha actuado con responsabilidad y coherencia, tomado decisiones, algunas difíciles, pero todas fundamentadas en la única idea de mejorar España y lo ha conseguido. Recibimos de Zapatero un país en quiebra y ahora lideramos el crecimiento. Más de 2,5 millones de españoles han encontrado un puesto de trabajo; se ha reducido el paro juvenil y el femenino y además hemos bajado los impuestos. Gracias, presidente Rajoy, por el esfuerzo y el tesón; gracias por haber sabido liderar como nadie la recuperación de nuestro país. Pedro Sánchez ha conseguido a través de pactos en los despachos lo que no había conseguido en las urnas. Después de obtener el peor resultado de la historia del socialismo quería ser presidente, a cualquier precio y ha conseguido convertirse en una amenaza real para todos. Parece que el PSOE no se toma en serio ni las instituciones ni la estabilidad de España. El Partido Socialista piensa gobernar en minoría de la mano de los populistas y los independentistas que quieren romper nuestro país. El discurso de Sánchez en el Congreso me ha dejado preocupado; no ha explicado cuál es su programa de gobierno y lo que es aún peor, no ha explicado cuáles han sido las cesiones que les ha hecho a los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos. Siguiendo la senda de las incoherencias que han marcado su trayectoria política, Sánchez va a gobernar haciendo suyos unos presupuestos, los de Mariano Rajoy, a los que pocos días antes había dado un “no” rotundo. Su gobierno Frankenstein es un peligro, por eso estoy preocupado, igual que lo están la gran mayoría de los españoles, que temen que el ego de un señor eche por tierra lo que tanto esfuerzo nos costó conseguir. La herencia que deja Rajoy es una herencia positiva e insisto en que el paso del tiempo hará que todos (los que ya lo hacemos y los que todavía no) la valoren. Deseo, por el bien de mi país, que otros puedan dejar un legado igual cuando terminen su mandato pero, de momento, esto parece una utopía.

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