lunes, 15 de diciembre de 2014

Violencia

La violencia no tiene cabida en ningún ámbito de la vida y priva de razón a quien la emplea. No hay argumento de ningún tipo que legitime su uso. Lo ocurrido el pasado día 30 de noviembre en las proximidades del Vicente Calderón o incluso los hechos ocurridos más recientemente en los alrededores del Camp Nou son actitudes injustificables e inadmisibles. Si, como dije, la violencia es siempre ilícita y censurable, que se produzca en un contexto deportivo resulta, si cabe, más vergonzoso y preocupante. El deporte es tradicionalmente un ejemplo de la promoción de valores netamente humanos: de superación, de desarrollo personal, de perseverancia, de trabajo en equipo, de autodisciplina, de esfuerzo, de cooperación, de lealtad, de tolerancia, de respeto… Es además uno de los espejos más comunes en los que se mira el conjunto de la sociedad pero especialmente la mocedad. ¿Qué ejemplo estamos transmitiendo entonces a las nuevas generaciones si nos cruzamos de brazos ante actos de esta índole? Esta pérdida de valores, recurrir a la violencia física o verbal, e incluso a actitudes racistas o xenófobas, dentro o fuera de los campos de fútbol, requiere una respuesta contundente y una clara y general tolerancia cero a este tipo de conductas, en la misma línea que requiere la violencia de género, por ejemplo. Hay que hacer una intensa labor de prevención, en la que la educación ocupa un lugar destacado, pero también de control y, en su caso y cuando corresponda, sancionadora. Ninguna agresión debe quedar sin respuesta y ésta además debe darse de manera rápida y ejemplarizante. Los campos de fútbol deben ser una fiesta del deporte, no una excusa para iniciar una batalla. Recientemente en el Senado, tomando como punto de partida una moción presentada por el Partido Popular, aprobamos por unanimidad una declaración institucional en la que se rechaza este tipo de violencia. Des de las más diversas instituciones, empezando por el propio Gobierno, y pasando por la Federación Española de Fútbol, la Liga o el Consejo Superior de Deportes, las reacciones fueron semejantes. Todos coincidimos en que hay que adoptar medidas administrativas y penales más contundentes y, por descontado, mantener una mayor coordinación entre todos los estamentos afectados, y en esas estamos. Es importante que todos nos impliquemos en esta lucha, en erradicar esta lacra, y en este trabajo un paso determinante y significativo es el de los aficionados.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

una lástima que el deporte se mezcle con este tipo de gente
pero no es nada nuevo

Anónimo dijo...

hasta donde yo sé, el deporte siempre ha servido , para los que lo ven, como efecto descarga, a donde uno va a liberar tensiones.
La violencia no está justificada en ningún caso, pero el hecho de que cánticos se consideren ofensivos... no sé yo

Anónimo dijo...

los aficionados deben de disfrutar con el deporte y con los equipos a los que siguen y por los cuales , algunos, viven
La violencia no debe de entrar dentro de esos parámetros, reprobable totalmente.

Anónimo dijo...

bo artigo Xosé manuel
Violencia cero, tolerancia cero cos siareiros violentos

Anónimo dijo...

llegar a la muerte de una aficionado, y quedar para pegarse?
tamos locos o que?

Anónimo dijo...

no hay dúbida de que o deporte non se pode misturar coa violencia, vaixo ningunha premisa