España en serio

Las del 20 de diciembre no son unas elecciones cualquiera, son las elecciones más importantes de nuestra democracia. No sólo votaremos a un candidato u otro, a un partido u otro; el 20-D decidimos el futuro de España. Debemos ser capaces de explicar todo lo que hemos hecho porque, a diferencia de otros partidos, el PP se presenta a las elecciones con el aval del trabajo. El aval de cuatro años de esfuerzos, nuestros y de los ciudadanos; cuatro años de reformas, muchas de ellas impopulares pero imprescindibles. Reformas necesarias que, como ya percibe la sociedad, están dando sus frutos. Tenemos a gente con experiencia de gobierno contrastada, porquelos gobiernos no se improvisan, los programas y los equipos tampoco y el PP es el único partido que cuenta con un equipo solvente y un candidato, Mariano Rajoy, con experiencia acreditada. No podemos retroceder a políticas económicas que fueron las que generaron la mayor crisis que ha vivido nuestro país y tampoco necesitamos que nadie venga al gobierno a aprender. España no puede volver atrás ni hacer experimentos. Nuestro mensaje de recuperación es creíble porque está avalado por los hechos: pasamos de la destrucción de 1.400 puestos de trabajo diarios a la creación de 1.200 empleos al día, son datos objetivos que nadie puede poner en duda. Aún quedan muchas cosas por hacer y muchas necesidades de los ciudadanos que atender y en ello seguiremos centrando nuestros esfuerzos. Somos el único partido que garantiza la defensa clara y rotunda de la soberanía nacional, porque lo que sea España lo deciden todos los españoles. Hoy, más que nunca, la unidad es fundamental frente a los que amenazan nuestros derechos y libertades. La firmeza es imprescindible para derrotar al terrorismo, por eso creemos que cualquier decisión debe ser consultada con el resto de partidos políticos. En el PP hablamos en serio y pensamos sin prejuicios. Trabajamos en un proyecto de país unido, seguro y en plena recuperación. Somos la única garantía de estabilidad y tenemos el aval de los cuatro años de Gobierno, todo lo demás representa una vuelta atrás o el abismo más absoluto.